lunes, agosto 28, 2017

¿UN PARO POLITICO? SÍ ES POLÍTICO ¿Y QUÉ...?

Escrito: julio 7, 2008
¡Refrescando la memoria, a propósito de la coyuntura especial configurada hoy, 2017, por la huelga nacional del magisterio peruano!!

Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán

Desde que tengo uso de razón he escuchado a representantes de los diferentes regímenes de turno calificar a los paros y protestas sociales de: “paro político”, “protesta política”, “huelga política”, etc., etc. Asimismo, otro de los argumentos vertidos por tales actores sociales es afirmar que, detrás de los paros y protestas sociales están: “los comunistas”, “los izquierdistas”, “los rojos”, “los violentistas”, “los revoltosos”, “los ultras”, “ los agitadores”, “Los cuatro gatos”, “Patria Roja”, etc., etc.; calificativos muy utilizados por los gobernantes de turno, con el  objetivo de debilitar, dividir, desprestigiar y quebrar a los justos, legítimos y legales movimientos sociales que realiza el pueblo, cuando siente que sus derechos son atropellados, vulnerados y la crisis económica lo lanza al hambre, al desempleo y a la miseria. En cambio no he escuchado que un Presidente de la República, Ministro o Congresista del oficialismo o político de derecha hayan reconocido a un paro o protesta social como justo, legal y legítimo, en todo caso, eso sería muy raro. Peor aún no me imagino a un gran empresario, de esos que pertenecen a los grupos de poder económico, reconocer la legalidad y legitimidad de los paros y protestas sociales del pueblo.
¿Pero, qué se le puede exigir a estos sectores, que constituyen generalmente la clase política de derecha o la clase  dominante? Desde mi perspectiva, NADA. Su doctrina política, su ideología y su interés por seguir siendo, precisamente “la eterna clase dominante” y seguir conservando sus “sagrados” intereses económicos, les impide reconocer la legalidad y, sobre todo, la legitimidad de las luchas del pueblo. No seamos ingenuos o mejor dicho: ¡sindicalistas no sean ingenuos!, la clase dominante, jamás va a declarar legal o legitimo a un paro o una protesta social. Digo, “no sean ingenuos”, porque la mayor parte de líderes sindicales y políticos de izquierda, todavía confían, en los políticos de derecha y creen que éstos alguna vez van a declarar “legal” y “legítima” a una huelga o a la libre sindicalización, aunque estos mecanismos estén reconocidos constitucionalmente. Asimismo, ese exceso de confianza, por parte de los sectores populares y laborales, también les impulsa a “exigir y “reclamar” que “cumplan con sus promesas que ofrecieron en campañas electorales”; sin darse cuenta que los políticos de derecha generalmente hacen tales promesas sólo para captar votos, para debilitar al probable opositor, a aquel que puede afectar sus intereses y para confundir y dividir al pueblo. 
Lo grave del asunto es que a partir de la calificación o adjetivación de los grupos de poder hacia los  movimientos sociales, se genera un ambiente de miedo, temor que empujan a que los dirigentes sindicales y gremiales  se despoliticen y en consecuencia, influidos por esa despolitización, velan o se preocupan, junto con la clase dominante, porque los paros y las protestas sociales, en realidad, “no tengan tinte político”; es decir, han caído en la trampa de dicha clase, a quién precisamente le interesa y conviene que los paros y protestas sociales se despercudan o despojen de tal característica y que los líderes, sindicales y gremiales, se despoliticen y el pueblo en general, no se eduque políticamente ni tampoco se interese por la política. Esto explica, el porqué, cuando cualquier dirigente sindical o gremial, es abordado por la prensa escrita, hablada o televisiva, que también, en su mayoría,  responde a los intereses de los grupos de poder, detrás de una falsa neutralidad, objetividad e imparcialidad, etc., pregunta ¿El paro es político? ¿La huelga es política? “Noooo”, responden, con énfasis los sindicalistas, “nos cuidamos que los políticos, los violentistas no se infiltren en nuestro paro”, “nuestro paro sólo es reivindicativo”, “sólo pedimos aumento de nuestros sueldos y salarios”, “luchamos por un sol más”, “queremos que nuestro Presidente cumpla sus promesas”, “el paro es cívico”, “pacifico”, etc., etc. “A ya, muy bien”,  “cuidado que el paro sea político, los paros y las huelgas no deben ser políticos”, afirman amenazantes los “ventrílocuos” y generadores de opinión pública. “Protesten, todo lo que quieran y el tiempo que quieran, pero pacíficamente”, concluyen tales agentes mediáticos.   
Si en realidad, la gran mayoría de dirigentes sindicales y gremiales tuvieran una sólida  formación y posición política e ideológica de clase, obviamente de aquella que asume o encarna los intereses del pueblo, respondenrían, a los generadores de opinión pública o a cualquier otro agente social, contrario a las protestas del pueblo, así:
“SI, EL PARO ES POLÍTICO” ¿Y QUÉ? ¿Acaso, las causas o las razones por la que realizamos el paro o las protestas sociales no provienen de voluntades políticas? ¿La aplicación a ultranza del modelo económico neoliberal no responde a la  voluntad política de la derecha y los grupos económicos?, ¿acaso no es cierto que el desempleo, los despidos masivos, los bajos salarios y sueldos no responden a voluntades e ideologías y políticas neoliberales? ¿El saqueo de los recursos naturales, la contaminación ambiental, las migajas que las transnacionales dejan por los recursos naturales no son producto de la  voluntad política de los regímenes de turno?, ¿el pago puntual de la deuda externa, quitando el pan a millones de seres humanos, no responde a una determinada política e ideología de los grupos de poder, hijos del neoliberalismo? Entonces, ¿por qué nuestro paro no puede ser político, o tener tinte político? Si observamos que la doctrina política e ideológica, con la cual se opera en los diversos sectores del Estado, hace más pobres a los pobres y más ricos a los ricos, ¿Por qué el pueblo no puede ejercer un pensamiento político, opuesto o una ideología opuesta, cuyo fin sea la el desarrollo social, soberano, justo y equitativo de nuestro país? ¿Acaso la clase dominante y los grupos de poder económico son los únicos privilegiados para monopolizar la política y al pueblo se le tiene que despojar del pensamiento político?, ¿Acaso no es cierto que “vivimos en democracia” y que, por ello, se respetan los diversos credos políticos e ideológicos? ¿Acaso no hubo un gran filosofo griego que dijo que el Hombre (en general) “es un animal político por naturaleza” y que si es despojado de lo político queda incompleto, es de decir como “animal…”? No dijo que sólo ciertos Hombres son políticos, mientras que otros son “animales”.    
La debilidad de los paros, huelgas y, en general, de cualquier protesta social, tiene  su raíz precisamente en la despolitización de los dirigentes y del pueblo. Cuando un pueblo  está despolitizado muestra actitudes de indiferencia hacia los paros y las huelgas o a cualquier otro tipo de protesta social, y, lo peor, que la propia clase trabajadora no tiene conciencia de lucha y como tal demuestra falta de solidaridad, de sensibilidad y de espíritu de unidad. Esto es aprovechado por los grupos de poder y sus instrumentos mediáticos para emprender sendas campañas de desprestigio a las protestas sociales, expresadas en diversas formas que van desde acostumbrados sondeos de opinión pública, con preguntas como éstas ¿está de acuerdo con el paro?, ¿Cómo le afecta el paro?, ¿Cree usted que es justo? Obviamente, las respuestas son “no estoy de acuerdo”, “que hagan su protesta pero que no afecten a los demás”, “los niños y los ancianos son los más afectados”, “los que menos tienen se afectan más con las huelgas y los paros, etc. etc. Así la despolitización en lugar de unir divide, desintegra, crea indiferencia y más aún genera conflicto entre sectores sociales del mismo pueblo.
Esta debilidad lo conocen muy bien los regímenes de turno, grupos de poder económico y la clase dominante, de allí que ante cualquier protesta, paro o huelga, sea local, regional o nacional, rápidamente acuden a los elementos represivos para que sofoquen,   controlen y apaguen el “incendio social”, logrando la mayoría de veces, de manera  exitosa, su objetivo. Por ejemplo: La soberbia y seguridad de Alan García, Jorge del Castillo, entre otros del oficialismo, respecto a que “el paro del día 9 será un rotundo fracaso” no es casual. Cuando los periodistas le preguntan al Presidente, aludiendo al paro, ¿qué pasará después del día 9? Él cínica y sarcásticamente, al igual que Montesinos en el tribunal, frente a Fujimori, responde: “Después del  9 viene el 10”. Esta soberbia y seguridad se funda en los antecedentes históricos y en el pleno conocimiento de la despolitización del pueblo, de los sindicatos y de los gremios, que por lo general han mostrado una fuerte debilidad y falta de contundencia en las protestas sociales, especialmente en estos últimos tiempos. Por otro lado, la CGTP y otros sindicatos, de tendencia política izquierdista, han devenido excesivamente en conciliadores y negociadores con la patronal, muy parecidos a la CTP aprista, lo cual ha generado desconfianza tanto en sus propios agremiados como en el pueblo en general. Y, esta desconfianza en los dirigentes, debilita cualquier convocatoria que realice. La consecuencia es que muchas veces los paros y huelgas no son acatadas de forma masiva, menos con contundencia. Y, un paro o huelga en estas condiciones, sólo sirve para hacer el ridículo o para que los gobernantes se burlen y se sientan más motivados para aplicar sus políticas anti-populares.                                              
Por último, las luchas del pueblo no deben quedarse estancadas en el aspecto económico, pecando de economicismo; para que sean contundentes, impactantes y masivas, deben, como lo sostuvieron los teóricos de la clase obrera, estar impregnadas, además, del aspecto económico, de tinte político y tinte  ideológico. Sólo así, una lucha social dejará de ser la burla de los gobernantes y de los grupos de poder económico. Sólo así, las luchas populares encarnarán los intereses de las grandes mayorías y no sólo de los sindicatos o gremios, también del pueblo en general. Porque, además, en tiempos de globalización y de neoliberalismo, la gran mayoría del pueblo no es sindicalizado ni agremiado, ya sea por estar desempleado o por la propia política laboral existente; por lo tanto, cuando tales luchas son llevadas de una manera despolitizada, desideologizada y desclasada, no tiene el apoyo del pueblo porque éste no se siente representado ni se ha tomado en cuenta sus intereses.
 ES TIEMPO DE SUPERAR EL ECONOMICISMO Y LABORALISMO.


lunes, agosto 21, 2017

¿Y, DÓNDE ESTÁ EL “GABINETE DE LUJO”?




¡El tanque del capitalismo salvaje no tiene fondo, nunca se llena, por ello no habrá “derrame” para la clase trabajadora, tendrá que seguir esperando!!
Por sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Cuando el 28 de julio, del año pasado, Mr. PPK asume el gobierno, inmediatamente constituyó, eso sí, con mucho ruido mediático, su denominado “Gabinete de Lujo”. Éste, obviamente tenía que estar conformado por tecnócratas y grandes empresarios de ideología neoliberal, es  decir, por aquellos que rinden loas y alabanzas al libre mercado y libre saqueo. Entonces, el llamado “Gabinete de Lujo”, fieles y, porque no decirlo, fanáticos de dicha ideología, hicieron creer al país entero que gobernar una nación es como administrar una empresa. Y, ese es el gran error que, hoy, luego de un año de gobierno, les está pasando la factura y de la peor manera. Todo indica que el “Gabinete de Lujo” está condenado a seguir “quebrándose” hasta extinguirse. Quizá, no del todo, pero por lo menos gran parte de él. Por lo pronto son cuatro los integrantes de dicho gabinete que, previo al 28 de julio, fueron botados, por el Congreso fujimorista; mientras que hoy, gracias a la huelga nacional indefinida del SUTEP, están por caer otros dos o tres más o por lo menos uno tendrá que caer. Y, si durante los próximos días o meses, siguen las patinadas o “errores”, tanto de los tecnócratas liberales del ejecutivo como del propio presidente, chau “Gabinete de Lujo”, aunque tal gabinete vaya “refrescándose” con algunos otros de la misma calaña.
Sin embargo, lo que el pueblo no se percató es que el llamado “Gabinete de Lujo”, en realidad era un gabinete de gerentes, pero incapaz, un gabinete que sólo fue constituido para realizar los grandes negocios, entre ellos mismos, entre sus colegas empresarios criollos y con las transnacionales, pero no entraron para solucionar las demandas sociales de los trabadores y empleados públicos, de los campesinos, en fin, del pueblo en general. Y, en este sentido, dicho gabinete ciertamente es “de lujo”, no por su accionar sino porque no hace nada a favor del bienestar de la población. Los antiguos, cuando una persona no hace nada, es holgazán y, sólo hace gasto en la familia, suelen decir “ese es puro lujo no más” “no hace nada”. O, también para un objeto, muy vistoso en apariencia, se suele decir “ese es puro lujo”, no es verdadero. Así es que de eso no se percató el elector peruano cuando los ppkausas nos vendieron la idea del famoso “Gabinete de Lujo”· Ciertamente, lo “de lujo” puede significar también capacidad, eminencia en funciones o acciones, eficiencia, etc., de alguien, en este caso del ejecutivo, pero, por los resultados que estamos viendo, no sería el caso, sino todo lo contrario. El siguiente ejemplo, pinta de cuerpo entero la incapacidad del “Gabinete de lujo”: Un funcionario vinculado a la salud, daba a entender que para la compra de medicamentos y abastecer a las farmacias de los hospitales y de ESALUD, normalmente los gobiernos demoraban entre cinco y seis meses, porque se tiene que realizar una serie de trámites, entre éstos las famosas licitaciones; pero el gobierno de PPK ya está demorando más de ocho meses en la compra de dichos medicamentos, por ello hay desabastecimiento en dichos espacios. La conclusión, según dicho funcionario, es que este gobierno y su “Gabinete de Lujo”, no tienen capacidad, ni siquiera para comprar un lote de medicamentos, menos lo podrían tener para resolver problemas mayores, como, por ejemplo, los del magisterio. Otro ejemplo. La compra de más de 20, 000 módulos de casas de cartón a Chile, por s/. 15,000 la unidad, obviamente precio sobrevalorado, habiendo la oportunidad o posibilidad de comprarle al pequeño o microempresario peruano, el mismo producto, de mejor calidad (de madera, especialmente), a un precio mucho menor, como lo es s/. 4800 nuevos soles, según los propios microempresarios. Aunque, aquí, en esta compra, más que incapacidad, lo que ha habido es mañosería, corrupción, ratería, ladronería, etc., etc., etc. Entonces, el pueblo pregunta: ¿Y, dónde está el “Gabinete de Lujo”?, ¿Y, dónde está el Congreso fujimorista?, ¿Acaso avalan a toda esta corrupción o podredumbre que el “Gabinete de Lujo” y PPK han puesto en marcha, a sólo un año de su vigencia?
El “Gabinete de Lujo”, integrado, en su mayor parte, por tecnócratas, vinculados a grandes empresas, ciertamente ostentan cada uno de ellos, grados y títulos académicos, de estudios en costosas universidades de Estados Unidos, cuna del capitalismo salvaje; y quizá por ello sea llamado “de lujo”, pero que difícilmente pueden conocer la realidad nacional, la pobreza, los avatares de los docentes del país, especialmente de aquellos que trabajan en zonas rurales, peor la de los niños, particularmente de aquellos que tienen que caminar hasta dos horas para llegar a una escuela o colegio, cuya infraestructura, por lo general, está en pésimas condiciones; y lo hacen apenas ingiriendo una taza de agua dulce con un poco de harina o de mote; o ingiriendo un plato de caldo verde con algunas tajadas de papa nadando en el plato y, muchas veces, ni siquiera eso; tal vez niños que sólo alcanzarían, a echar unos cuantos granos de cancha de maíz al bolsillo y luego enrumbarse a su centro educativo. Y, no serían pocos los niños que viven esta realidad, puesto que en el Perú se ha estimado que más del 25 % de la población sobrevive apenas con un dólar al día. Como se sabe la mala alimentación traerá grandes consecuencias irreversibles en el rendimiento académico de los niños, como por ejemplo, la  dificultad para asimilar las enseñanzas del docente; sueño en el aula; etc. Un gabinete de lujo, que ante su incapacidad de dar alguna solución, tanto a la problemática de la educación como al problema de la pobreza en el país, sólo atina a acusar a los docentes y a todo aquel que cuestione o critique al modelo económico neoliberal, que es precisamente la raíz de todos los males, que aquejan al pueblo, de ser antisociales, antisistema, izquierdistas, rojos, comunistas, incluso de pertenecer a grupos violentistas, creyendo o asegurando que con ello, se va solucionar los grandes problemas por los que atraviesa nuestro país.
Un “Gabinete de Lujo”, cuyos integrantes, probablemente se han criado en cuna de oro, difícilmente puede generar bienestar para el pueblo, para los maestros, los trabajadores, los campesinos; un gabinete que difícilmente apostaría porque los pobres cambien su estatus social, en la medida que precisamente gracias a los pobres, ellos viven, se enriquecen, ganan los jugosos sueldos,  sin hacer nada para beneficio de los pueblos, más allá de saber constituir un “estado de derecho” a su imagen y semejanza, pero más aún, a su conveniencia económica; justo para que ellos vivan, en pleno sentido de la palabra; mientras el pueblo sobrevive. Para esto se sirven de un modelo económico que según muchos especialistas, su implementación ha significado más muertes que las hubieron en la  segunda Guerra Mundial, vale decir el modelo económico neoliberal, engendro del capitalismo salvaje. Gracias este modelo de libre mercado, libre saqueo y libre destrucción del planeta, la humanidad entera ha entrado a una encrucijada que le puede significar su extinción: El Calentamiento Global y el peligro de una Tercera Guerra Mundial, son dos mega-peligros en los cuales el apetito voraz de acumulación capitalista nos ha enrumbado.
Desde esta perspectiva no sólo hablamos del actual “Gabinete de Lujo”, sino de todos aquellos gabinetes de lujo, anteriores, que han operado con la misma lógica del libre mercado y del libre saqueo; con la misma constitución, y con operadores de la misma extracción social. “Gabinetes de lujo” que muchas veces ni siquiera son constituidos de manera autónoma, con soberanía, sino que son impuestos por influencia, recomendaciones o sugerencias externas; por señores de las sombras o por gobiernos poderosos pero que actúan en la sombra, son invisibles, para la opinión pública, no dan la cara, pero que periódicamente realizan sus pomposos cónclaves donde deciden los destinos de nuestros países. De tal manera que los llamados gabinetes de lujo sólo son los operadores, los ejecutivos, los títeres que aplican a raja tabla las órdenes de esos señores de las sombras. Pocos saben que, los Señores de las Sombras, obviamente están vinculados a las grandes transnacionales y financieras como el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Agencia Interamericana de Desarrollo de los Estados Unidos- USAID, Club de París, Organización Mundial de Comercio, OMC, etc., Pocos saben, también, que estos Señores son quienes fijan las reglas de juego a las que se tienen que someter los trabajadores, los empleados, los estudiantes, los campesinos, es decir el pueblo en general, sometimiento que significa despidos arbitrarios, flexibilización laboral, que no es mas que el sometimiento, la sumisión para que el empleador, es decir el empresario con su cómplice el Estado o gobierno, haga lo que mejor le conviene con el trabajador o empleado; incluso hasta someterlo a condiciones laborales muy parecidas a la esclavitud. Y, pocos saben que, en la parte económica, las transnacionales han elaborado la muy famosa y “sesuda” teoría del DERRAME.  ¿En que consiste tal teoría? Metafóricamente hablando, imagínense un gran tanque de agua, y que debajo de él hubieran unas plantitas que necesitan del agua para crecer; pero alguien decidió que primero tiene que llenarse dicho tanque hasta derramarse; y las gotas que se derramen de él recién servirán para regar tales plantitas. Análogamente, la “teoría del derrame” significa que mientras los capitalistas o concretamente los empresarios o los empleadores no sacien “hasta reventar” su apetito voraz de ganancia, sus cuentas bancarias, no habrán incrementos de sueldos y salarios, inversión en servicios básicos, inversión en desarrollo, atención a la agricultura, incremento de presupuesto para salud, educación, etc. no habrán derechos laborales, seguro social, ni tampoco habrá reconocimiento a las horas extras de trabajo. Es que el tanque neoliberal parece no tener fondo, jamás podrá llenarse, por lo tanto difícilmente habrá “derrame”. En todo caso habrá derrames, sí, pero “derrames cerebrales”, por tanta preocupación y depresión que genera la crisis económica. Bajo este esquema injusto, desigual, excluyente, es que los llamados “Gabinetes de Lujo”, vienen administrando a los países, especialmente desde que se inicia el reinado del neoliberalismo, allá por la década de los 90.
En fin, maestros, obreros, trabajadores en general ya lo saben: mientras el tanque no se “derrame” o mejor dicho el capitalista no sacie su apetito voraz de ganancia, no habrá mejores condiciones económicas; vale decir, no habrán aumentos de salarios, ni tampoco adecuados servicios básicos, equipamiento de hospitales, etc. En general no habrá desarrollo social. Eso es la explicación del porqué, cuando la clase trabajadora, exige aumento de sueldos y salarios, la respuesta, desde el Estado y sus respectivos “Gabinetes de Lujo” es: palo, bomba y balas; además de humillaciones, acusaciones baratas de terroristas, subversivos, etc. etc., a los pueblos que lucha. En fin, sólo es un humilde comentario de reflexión, dirigido a la clase trabajadora, en una coyuntura donde los conflictos laborales en pro de mejores sueldos y salarios, parecen ir ganando terreno; pero como ya indicamos seguirán esperando que “el agua del tanque de los capitalistas se derrame”.

Escrito: Agosto, 2017. 

viernes, agosto 18, 2017

EL TEMOR A LA IDEOLOGÍA



Comentario dedicado a todos los maestros peruanos que acatan una huelga nacional indefinida. El gobierno califica a dicha huelga de “ideologizada”. En cambio yo sostengo: ¡ojalá fuera ideologizada!!, lo cual, desde mi perspectiva no lo es, aunque, según los expertos en movimientos sociales y en sindicalismo consideran que toda lucha social de los pueblos deberia ser ideologizada y al menos en tres aspectos: económico, político e ideológico. Pero la historia indica que tales luchas sólo se reducen al plano económico, lo cual le da el carácter de ser luchas economicistas.       
Por Sociólogo: Avelino Zamora Lingán
Es común que desde el Estado y sus diversos regímenes de turno cataloguen a toda lucha social, que emprende el pueblo, como por ejemplo la huelga, de cualquier gremio o sindicato, de ser o estar “politizada” o “ideologizada”. Esto con el único propósito ya sea de combatir, minimizar, desprestigiar la lucha o protesta social, o simplemente para sembrar el divisionismo entre los huelguistas; pero, también para poner a sectores de la población en contra de dicha medida de lucha. Para ello, obviamente, los operadores políticos del Estado o del gobierno saben que la población en general es despolitizada y desideologizada, incluso los propios huelguistas y sus líderes o dirigentes también lo son; y, lo que precisamente se busca, desde el Estado, es que los sectores populares sigan o permanezcan en tal situación: sin ideología y sin doctrina política.  
Pero ¿Qué es la ideología? El diccionario Akal de filosofía, lo define como “conjunto de ideas fundamentales que caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso o político”. Pero aquí radica lo más importante, cuando sostiene: “Ideología, término generalmente acompañado de una connotación despectiva que se emplea para referirse a los puntos de vista políticos de los demás. Asimismo, Akal, sostiene que ideología es “doctrina filosófica centrada en el estudio del origen de las ideas”. Ahora, bien. ¿Qué es idea? El mismo texto antes citado dice “cualquier cosa que le es dada inmediatamente a la mente cuando se piensa”. Mientras que el Diccionario Filosófico de M.M. Rosental define: idea, del griego idea, que literalmente significa ‘lo que se ve’, imagen; término filosófico que designa ‘sentido’, ‘significación’, ‘esencia’, y se halla estrechamente vinculada a las categorías del SER y PENSAR”. Del mismo modo, en el mismo diccionario, se encuentra la siguiente definición de Ideología: “Sistema de concepciones e ideas: políticas, jurídicas, morales, estéticas, religiosas y filosóficas. La ideología forma parte de la superestructura y como tal refleja, en última instancia, las relaciones económicas”.
Como se puede ver, tanto “Ideología” como “idea” no son simples palabras, pues son categorías filosóficas, ampliamente estudiadas y explicadas por los filósofos, a las cuales la clase política dominante trata de quitarle su esencia, su significado, su sentido, tal como ha hecho con muchísimas otras del mismo nivel, como por ejemplo la categoría “democracia”, cuyo contenido ha sido vaciado y no sólo eso, sino que dicha categoría ha sido degenerada y distorsionada. Hoy sólo sirve para justificar la profundización de las brechas sociales y económicas entre ricos y pobres, para enajenar la soberanía de las naciones, para la perdida de valores como la ética, la moral y la honradez. También sirve para llamar cada cuatro o cinco años a elegir a los “padres de la patria”.
De la definición dada en el diccionario Akal y MM Rosental se puede entender que la “Ideología” al ser o significar conjunto o sistema de ideas, es inherente a todo ser humano “que piensa” y que ésta se va configurando a través del proceso de socialización, el mismo que se inicia con el nacimiento de la persona. Es más, la ideología no sólo es el conjunto o sistema de ideas inherentes al individuo, también lo es inherente a una colectividad, a un grupo y naturalmente a una clase social. Aquí, la ideología se ira configurando de acuerdo a los intereses colectivos, grupales o clasistas a través de su práctica o su actividad social. Por ejemplo, los miembros de la clase capitalista comparten una ideología según la cual las leyes del libre mercado son naturales e impersonales, que los trabajadores en un régimen de libre mercado reciben el mayor salario que pueden realmente recibir y que la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción es algo natural y justificado. Mientras que los obreros, los empleados, los que dependen de un salario, los trabajadores independientes, de los sectores populares como ambulantes, artesanos, campesinos, estudiantes, etc., etc.,  obviamente, compartirán una ideología orientada al mejoramiento de sus condiciones de vida, de sus condiciones laborales, de exigencias salariales, de luchas contra el alza del costo de vida, etc. Por lo tanto, claramente se observa dos ideologías opuestas: la ideología de los capitalistas, que velarán por sus intereses que no son más que la acumulación de riqueza, asegurando el modelo económico del libre mercado o el neoliberalismo (ideología); y la ideología opuesta, de los sectores populares, entre éstos, de obreros, empleados, maestros, enfermeras, médicos, etc. En resumen, así es como se configura la famosa lucha de clases, categoría político –filosófica que asusta a las clases dominantes y por ello censurada, vilipendiada, desterrada de los debates políticos y desconocida por el clero; pero, también por las propias clases dominadas y oprimidas.
Cuando desde los operadores del Estado y sus diversos inquilinos de palacio, pretenden desprestigiar a las justas luchas populares, calificándolos de “ideologizadas”, aunque en cierto sentido, si son ideologizadas y obligatoriamente deberían serlo; puesto que de acuerdo con lo indicado más arriba, tales luchas y protestas sociales, encierran un conjunto o sistema de “ideas”, que a su vez constituyen la ideología de los que luchan; ideas que son  obviamente opuestas al conjunto de ideas del gobierno, las mismas que constituyen su “ideología”. En este sentido, y considerando aquella definición de “idea” como “cualquier cosa que le es dada inmediatamente a la mente que piensa”, es necesario la pregunta ¿Qué pretende la clase dominante, o para ser más específicos el gobierno, al calificar a cuanta huelga o lucha popular de “ideologizada”? ¿Acaso las luchas populares son expresión de animales irracionales, de robots o de seres autómatas? Son seres humanos quienes luchan o protestan, y los seres humanos tienen ideas y el conjunto de ideas constituye su ideología; a su vez las ideas son resultado del complejo proceso del pensar. ¿Acaso quieren o buscan que los sectores populares no piensen? ¿Qué sólo son seres que sirven para hacer y no para pensar? El hacer y el pensar son dos caras de una sola moneda. Sólo los robots y las bestias de carga no tienen esa cualidad tan maravillosa como es el pensar, para eso se formó en el ser humano, a través de millones de años, esa “máquina” tan compleja como es el cerebro. Bueno, pues, la mala noticia para la clase dominante es que toda lucha social, implícitamente encierra ideas y por lo tanto ideología; es algo natural, inherente a los humanos; impedir que lo tenga sería como querer tapar el solo con un dedo o querer impedir la lluvia. 
Finalmente, creo que los liberales, los ideólogos del capitalismo salvaje, incluso ciertos “dirigentes” y “líderes” caviares tomaron muy apecho o muy en serio aquello del “fin de las ideologías”, que profetizó el japonés Francis Fukuyama, luego de la desintegración de la URSS y de la caída del Muro de Berlín. Claro, antes que ello ocurriera, existían dos ideologías en pugna o en lucha, configurando un contexto llamado Guerra fría: La capitalista y la socialista. Estas dos ideologías opuestas, servían para equilibrar al mundo; pero sobre todo, para que el capitalismo no fuera tan salvaje como lo es hoy, por supuesto, inspirado en su ideología fundamentalista del libre mercado, libre saqueo, libre contaminación y libre destrucción del planeta. O pensaron que el capitalismo carece de ideología, tal como los capitalistas, permanentemente quieren aparentar. Preguntémosle a Adam Smit, Milton Friedman, a la escuela de los Chicago Boys, sobre qué bases filosóficas sustentan su teoría del libre mercado, de formación del capital, de acumulación de riqueza, y cual es la receta que se debe aplicar para mantener a raya o en línea a los sectores populares, etc. Cuando Fukuyama predice “el fin de las ideologías se estaba refiriendo a las ideologías opuestas o distintas a la del  capitalismo y del libre mercado. A ese tipo de ideologías se refería a inicios de los 90. Entonces, de allí para adelante, las clases dominantes, los capitalistas y los liberales y neoliberales se han venido esforzando para despolitizar y desideologizar a las clases populares. ¡Nada de ideología!! ¡Nada de política!!, parece ser la consigna de tales grupos. “La ideología es peligrosa”, “la ideología es negativa”, “la ideología es así o asá”. Dando entender, con ello que tener ideología y hacer política es patrimonio exclusivo sólo de la clase dominante. Las clases populares, los sectores maginados, los sectores explotados, además de ser despojados de todo bien material, de toda riqueza, también deben ser despojados de sus ideas, de sus legítimas aspiraciones, en fin deben ser despojados hasta de su capacidad de pensar.    

Escrito, 16 de agosto del 2017

miércoles, agosto 16, 2017

Recuperar el SUTEP con los maestros para los maestros



Por: Gregorio Santos Guerrero
Se requiere mucho papel y tiempo para reflexionar sobre las heroicas huelgas magisteriales que han conquistado titulares en los medios de la dictadura mediática empresarial. El magisterio tiene experiencia de lucha y sabe que solo logra ser escuchado cada vez que radicaliza sus protestas, consigue alianzas con los padres de familia, sus alumnos y los sectores sociales golpeados por la privatización abierta y encubierta de la educación pública.
He vivido algunas huelgas, he visto las maniobras del gobierno para lograr su estrategia y también como la dirigencia nacional se ha ido deslegitimando y suplantando al verdadero maestro de aula, de base que hoy no se siente representado por un CEN burocrático, soberbio y utilitario que ha engendrado estilos y métodos de organización oportunistas de convivencia con el modelo económico y con el sistema. Comportamientos que no tienen nada que ver con el sindicalismo clasista; con la razón de ser de un sindicato de los profesionales de la educación.
Si los objetivos y funciones de un Sindicato es organizar a los trabajadores de la Educación, elevar su conciencia clasista, defender los derechos de vida digna, formación y capacitación permanente de los profesionales de la educación peruana bajo responsabilidad del Estado, esta vieja y caduca dirigencia se alineó con el sistema. Así el maestro les perdió el respeto y hoy se rebelan contra el orden establecido y contra dirigentes sin bases y sin perspectiva.
La primera lectura que humildemente tengo; que los maestros con sus luchas desde hace décadas vienen poniendo en cuestión un tipo de sindicalismo, "sindicalismo domesticado" util al sistema dominante y al modelo económico neolberal vigente. Con estas rebeliones de los amautas de la patria, pone en evidencia que la CGTP no existe, que el sindicalismo peruano necesita refundarse, reencontrarse con su esencia. ¿ Señores de la CGTP dónde está la solidaridad de clase? Es una vergüenza que tanto la militancia de Patria Roja y la del PC Unidad repitan el mismo discurso de los ministros de la derecha lobista, fujimorista, la Confiep, y los sicarios de la dictadura mediática empresarial y en coro con los enemigos de clase les digan "radicales, extremistas, terroristas, violentistas" y cuanto epíteto encuentren con el objetivo de estigmatizarlos y dividir al movimiento magisterial enfrentando maestro contra maestro, acciones que no debemos permitir.
La huelga magisterial sea cual fuese su desenlace desenmascara una vez más al sindicalismo domesticado. Hoy queda un enorme reto, recuperar el SUTEP con los maestros para los maestros. Deseo que en estas horas difíciles los dirigentes de las bases regionales más representativos definan bien quiénes son sus amigos verdaderos y quiénes sus enemigos, unifiquen plataformas y conduzcan la lucha a una victoria que abra paso a una nueva etapa en la vida del gremio más importante del país. Las diferencias entre colegas es cuestión secundaria, existirán siempre y en el camino las resolveremos; hoy interesa y conviene unificar plataformas.
Si considero necesario hacer un llamado a los padres de familia y frentes de defensa de todas las regiones del país a movilizarnos en defensa de la Escuela Publica, por sueldos dignos para los maestros de una UIT como base salarial, un presupuesto justo y digno para el sector; que se cobre todas las deudas tributarias que las multinacionales tienen con el Estado y con esos recursos se cancele parte de la deuda social del magisterio. Ante la amenaza de despidos todos los padre de familia defendamos los puestos de nuestros maestros y así cuanta medida creativa contribuya con esta digna lucha. Perdón por lo extenso de esta nota. Como maestro mi solidaridad de clase con mis colegas, con mis maestros y maestras. 
¡ Camino a la victoria¡